Es un procedimiento seguro e indoloro que utiliza una pequeña cantidad de radiación. Los huesos del paciente en la radiografía se comparan con imágenes de radiografías de un atlas estándar del desarrollo óseo normal construido con las imágenes de otros niños del mismo sexo y de la misma edad. La edad ósea se mide en años y meses.
El estudio de la edad ósea puede ayudar a evaluar cuán rápida o lenta está madurando el esqueleto de un niño/a, lo cual puede ayudar a los médicos a diagnosticar afecciones que retrasan o aceleran el crecimiento y desarrollo físico. La edad ósea también se puede utilizar para predecir por cuánto tiempo crecerá un niño, cuándo ingresará a la pubertad, cuál será la altura final del niño, o para controlar la evolución y guiar el tratamiento de los niños con afecciones que afectan el crecimiento.